Tierra Prometida

Bien pudo ser
que el destino te encontrara,
taciturno,
envolviendo al día
con tu sombra,
y a mí,
envolviendo la nada
con tu nombre.

Afortunado quien pudo pasar
y contempló el momento justo
en que la nada
se convirtió en el todo.

La soledad,
la sombra envolvente
de tus pasos,
la luz cambiante del sol,
el amanecer.

Quiero luz,
¡infame sombra!

Luz
que te alumbra,
que me sabe a ti:

-Por fin encontrado,
mi querido naufragio
de savia dulce.

(De idas,
vueltas
y retornos).

Quiero
tus brazos de luz,
de ayeres
y mi tierra prometida.

De dudas sin-sabores
y preguntas sin respuesta.

Quiero perderme en ti,
con la promesa
de futuros engarzados
en uno
-Que lleve tu nombre
y el mío.

Que la sombra nos sea breve,
y la luz
eterna,
interminable;
como sólo ella
sabe.

Quiero fundirme en ti,
como la noche y el día
que siendo dos
no dejan de ser uno.

Quiero ser tuya
y que seas mío,
sin que la sombra
de la noche
nos encuentre.

Que la luz
sea con nosotros

...siempre.

DG.