Ignoramos el llamado de la naturaleza,
construimos nuestras vidas en la frontera;
bebimos del agua que silenciosa prestaba
toda su pureza y tranquilidad.
Ignoramos el llamado de la naturaleza,
prometiendo cosas de seres humanos,
infames en este mundo ajeno a nuestra verdad,
quebramos el cristal.
La naturaleza nos ignora ahora,
a pesar del breve límite de la frontera,
no volveremos a cruzar por ella
ni a encontrarnos
jamás.
Prometimos como seres humanos,
cosas ajenas:
eternidad,
inmortalidad,
fuerza,
religiosidad.
Prometimos y omitimos
el llamado de la naturaleza,
el llamado de la vida,
del destino.
Andando andamos andando,
el llamado de la naturaleza
no conoce la reversibilidad.
No te retractes ahora,
prometimos cosas infames,
cosas ajenas
a la realidad.
DG.
1 comentario:
Nice!
Saludos desde aquí abajo!
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