Otra vez la noche cayó sobre mí... afuera se escucha el aullar de varios lobos, pero sólo a uno le temo, no me creo capaz de salir de mi endeble refugio, aún sus murallas son inestables, mi respirar es tortuoso, me veo como una media alma que sobrevive apenas.
¿Cómo salir en estas condiciones?
Y afuera prosiguen los aullidos, sus aullidos de fuego que consumen mis entrañas, erizan mi cabello y llenan de pesadillas mis sueños.
A pesar de todo, cuando pise suelo firme y sea un alma completa, me atreveré a salir a la noche, no importa qué época del año sea, si primavera, verano, otoño o invierno; no importa que esa noche no haya luna ni estrellas; no importa si llueve o nieva... no importa lo que sienta.
Le miraré firmemente a los ojos, sin vacilar, ignorando los aullidos que emanan desde atrás en la oscuridad, infames.
Le miraré detenidamente para grabar su imagen en todos mis sentidos sin detalle perdido de esta la batalla final.
Inmensidad.
Me sabrá a inmensidad.
En un segundo más, abriré los brazos... levantaré un pie del suelo... y correré hacia allá...
¿De qué me serviría huir?
Mejor correr hacia allá.
Hacia sus brazos.
En el momento de la carrera me surgirán alas, de la nada me hallaré tocando el firmamento con los extremos de ellas... y en la prolongación de ese espacio... olvidaré el peligro que me acechaba, estará por debajo de mis límites.
Estarán abajo las cadenas.
Estará abajo el miedo.
Yo estaré arriba...
en mi mejor muralla
y seré libre.
DG.
2 comentarios:
la velada fue siempre productiva, me gusto, aun cuando saliste de ese estilo que te identifica, pero creo yo que no hay mejor manera de conocer y vivir la vida, que intentando hacer cosas nuevas,
que probando nuevas cosas y gustos, y hoy me voy bien servido de pupilas, ha sido grato contemplar el brote nuevo de tus alas, mi querida amiga D´Gaviota.
saludos desde estas fronteras de cantera y sueños.
siempre un gusto degustar tus letras
La mar de interesante
Gracias por compartirlo
Saludos
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