Pintura por: Nala Hernández https://www.behance.net/NalaHdez2
Se detiene su rostro frente a mí,
voltea provocadora hacia la luz,
aparenta mirar hacia la nada,
pero es hacia ella misma donde mira.
Equivocado fragmento de esa tarde,
la pensaba inmune y eterna,
observo las flechas de luz que la traspasan
como si la asesinaran ante mis ojos.
La creía infinita
al igual que las blancas páginas
en manos del pintor o del escriba.
Por dentro y fuera
no somos nada más que
muerte enmascarada
con la belleza temporal del cuerpo.
Su corazón se me revela
(no es eterna),
agacho mi cabeza,
parece que adivina
aquello que me acecha,
mientras cede sus ojos
a los cordones de sol
que la atraviesan.
1 comentario:
Es un momento mágico, un ratito de paz, dulce lectura... Esto es tu blog.
un saludito
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